jueves, 5 de mayo de 2011

Esquizofrenia

Existe una escisión del pensamiento, en la afectividad y en el comportamiento de donde derivan los comportamientos extraños e incomprensibles para los que le rodean.
La personalidad más proclive a presentar esta enfermedad es de un carácter cerrado, introvertido, aislado y con dificultad para relacionarse con los demás.
Sus primeros síntomas son: ansiedad, trastornos en el sueño, ello se debe a que comienza a sentirse en peligro sin que él mismo logre identificarlo. Al poco tiempo siente un cambio en el mundo externo y como medida defensiva se encierra en sí mismo. Empieza a pasar horas y más horas sólo y meditabundo, encerrado en su habitación. Poco a poco muestra desinterés en el mundo que le rodea y en las actividades habituales, de ahí el repentino mal rendimiento escolar o laboral. En ocasiones surgen intereses extraños por la física, la astrología, pero en realidad es un interés superficial e incongruente.
En general, los síntomas varían en función de la respuesta externa de los familiares y personas que lo rodean.
De acuerdo a la gravedad, el mensaje del esquizofrénico se vuelve más fragmentario, simbólico, desordenado, incoherente e incongruente.
El paciente esquizofrénico vive situaciones contradictorias y múltiples, utilizando una lógica diferente a la normal, lo que genera comportamientos desproporcionados, incongruentes e incomprensibles, pero que están ligados y motivados por su mundo inconsciente.
El concepto de realidad en el esquizofrénico es angustioso, siente que el mundo que lo rodea está cambiando constantemente de una forma peligrosa y amenazante.
Los otros síntomas como delirios, alucinaciones auditivas y visuales, disociaciones ideo-afectivas van sacando cada vez más al paciente de la realidad.

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